domingo, 13 de enero de 2008

Contra los Poetas


He aquí dos opúsculos que, cada uno a su manera, tienen por fin desmitificar al poeta, uno para ensalzar su labor ontológico-revolucionaria ajena a toda sujeción; el otro para cuestionar su divinidad de sumo pontífice de las letras, incapaz de descender a un nivel de comunicación humana y por tanto, afición endogámica de iniciados para iniciados.

El primero es el inclasificable Benjamín Péret y su libro se llama ‘El deshonor de los poetas’ (1945), en franca ironía con una antología clandestina de la Francia ocupada titulada justamente ‘El honor de los poetas’, donde figuraban nada menos que Aragon, Éluard, etc. Ahí arremete contra todo tipo de poesía que sirva a intereses políticos o sociales subalternos, porque toda subordinación atenta contra el intrínseco carácter revolucionario de la poesía. El poeta es el enemigo del dogma, ya sea éste ideológico, nacionalista o lo que fuera, y para Péret este carácter es inalterable incluso cuando se trata de la Francia ocupada (Péret escribe desde el exilio en México). De otra manera, el poeta se rebaja a la condición de publicista o redactor de panfletos.

El segundo es Witold Gombrowicz en ‘Contra los poetas’, feroz diatriba en la que el polaco denuncia la poesía entendida como retórica de iniciados, imposibilitada de decir nada al hombre común, gesto de secta de gentes presuntuosas, quienes creen que en la ininteligibilidad hay mérito, a la vez que están impedidos de darse cuenta de cómo la búsqueda de la pureza, del acabado estético, de la sublimación de la realidad, han creado con el paso del tiempo un mundo anodino y hermético de palabras escogidas en el que la Belleza se alude necesariamente con mayúscula.

En tanto ambos textos están disponibles en línea me eximo de mayor comentario y los invito a la lectura. Sólo anotaré lo refrescante que es constatar cómo al emprender contra la poesía lo que en realidad se hace es atacar la poesía entendida de una forma. En el solo hecho de atenderla lo que se hace es rescatarle sentidos perdidos ya sea por la acción reaccionaria, por algún contexto específico o por la instalación de una estética que se pretende hegemónica.

La edición de Lagana posee documentos de interés para ahondar en la esquiva figura de Péret.

La edición de Mate posee un extraordinario prólogo del excelente poeta argentino Sergio Raimondi.

La cita de Péret:

“Pero el poeta no está para mantener en el prójimo una ilusoria esperanza humana o celestial, ni para desarmar a los espíritus insuflándoles una confianza sin límites en un padre o en un jefe contra el cual toda crítica se vuelve sacrilegio. Por el contrario, le corresponde pronunciar palabras siempre sacrílegas y blasfemias permanentes. Antes de nada, el poeta debe tomar conciencia de su naturaleza y de su lugar en el mundo…”.


La cita de Gombrowicz:

“…El estilo se deshumaniza; el poeta no toma como punto de partida la sensibilidad del hombre común, sino la de otra poeta, una sensibilidad "profesional" y, entre los profesionales, se crea un lenguaje tan inaccesible como los otros dialectos técnicos..."

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1 comentarios:

Blogger Blogs Peruanos 2008 ha dicho...

hola, le dediqué un post en mi blog, a tu blog literario, muy interesante el post de "soy leyenda", saludos

13 de enero de 2008, 19:31  

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